Un hombre joven y fuerte que trabajaba para una empresa de transporte fue golpeado por una caja que se cayó de un camión de reparto. Un borde de la caja le golpeó en las costillas de la parte inferior izquierda. Se dobló del dolor severo y no podía dejar de gemir de dolor.
Se le dieron una dosis de Arnica 2C sobre la lengua y unas pastillas para tomar en casa. Se le pidió que regresara en tres días. Después de tres días llegó a la oficina del homeópata exigiendo el nombre del remedio.
El joven relató que en el momento en que estaba en la mitad del camino, podía enderezarse y respirar mucho mejor. Por la noche el dolor había casi desaparecido y al día siguiente por completo. Había tomado dos dosis más.